Revolucionan la forma de hacer periodismo en China

Periodista en Chino
  • Perio­dis­tas y ciu­da­da­nos han encon­trado en las redes socia­les chi­nas un nuevo espa­cio para publi­car infor­ma­ción sobre casos de corrup­ción de fun­cio­na­rios, la cual no pasa por los fil­tros oficiales.
  • El gobierno chino ha empren­dido una nueva cam­paña de cen­sura, lla­mada a com­ba­tir los rumo­res en la red,  que ha lle­vado a la cár­cel a varias per­so­nas acu­sa­das de espar­cir­los, así como al cie­rre de sitios web.
  • En medio del refor­za­miento de la cen­sura, un perio­dista lanza una inno­va­dora ini­cia­tiva para cap­tar fon­dos y publi­car sus artícu­los en las redes socia­les, de forma independiente.
  • En la era digi­tal, una nueva gene­ra­ción de perio­dis­tas ciu­da­da­nos chi­nos está dis­puesta a infor­mar sobre temas sen­si­bles y uti­li­zan inter­net como su espa­cio vital de tra­bajo y de protección.

Periodista en Chino

Por Raúl López Parra

Aun­que el título le parezca extraño, sí, leyó bien, en China están revo­lu­cio­nando la forma de hacer perio­dismo, y ocu­rre en un caso que hasta el momento, con sus guar­da­das dis­tan­cias, no tiene un símil en Occidente.

La narra­tiva que pre­do­mina sobre China en los “medios occi­den­ta­les”, común­mente refe­ri­dos a aque­llos con base en Europa y Esta­dos Uni­dos, mues­tra pre­do­mi­nan­te­mente la ima­gen de un país com­ple­ta­mente auto­ri­ta­rio, sin mati­zar los espa­cios de liber­tad que exis­ten al inte­rior del mismo.

Incluso hay quie­nes afir­man que en el gigante asiá­tico no se hace perio­dismo, sino sólo pro­pa­ganda, una forma poco seria o este­reo­ti­pada de des­ca­li­fi­car los mil 937 perió­di­cos que se edi­tan ahí, con­vir­tiendo a China en el país con el mayor mer­cado de dia­rios del mundo.[i]

Sin embargo, el modelo perio­dís­tico que está levan­tando las cejas de pro­pios y extra­ños no está sur­giendo en los perió­di­cos sino en las redes socia­les chinas.

A media­dos de sep­tiem­bre pasado, el perio­dista Yin Yus­heng publicó un men­saje abierto a los inter­nau­tas en su cuenta de weibo, —el equi­va­lente chino de twit­ter— el cual expresaba:

Soy un repor­tero con amplia expe­rien­cia y no tengo miedo a los pode­ro­sos ni a la vio­len­cia. Seré un perio­dista de inves­ti­ga­ción inde­pen­diente, no ads­crito a nin­guna agen­cia de noti­cias. Estaré con los inter­nau­tas cuanto esté en línea o cuando esté repor­tando en el lugar. Quiero repor­tar las noti­cias que los inter­nau­tas quie­ren cono­cer. Si tú estás can­sado de escu­char cómo algu­nos medios ala­ban sus logros, o harto de los medios web hala­ga­do­res, es tiempo de cam­biar la situa­ción”.[ii]

Yin Yus­heng tiene como carta de pre­sen­ta­ción el haber tra­ba­jado 10 años en dis­tin­tos perió­di­cos. Ganó pres­ti­gio en 2010, cuando reportó el caso de Li Qiming, hijo de un sub­jefe de la poli­cía, en la pro­vin­cia de Hebei, quien tras atro­pe­llar a dos estu­dian­tes al con­du­cir ebrio en la uni­ver­si­dad, trató de usar la influen­cia de su padre para eva­dir la jus­ti­cia. Una de las estu­dian­tes falle­ció y la otra quedó lesionada.

“¡Demán­dame si te atre­ves, mi padre es Li Gang!”, gritó el joven para ame­na­zar a los guar­dias que lo detu­vie­ron. El caso cobró dimen­sión nacio­nal en las redes socia­les, donde los inter­nau­tas pre­sio­na­ron para que no que­dara impune.

La cínica frase que gritó Li cir­culó en la red como un meme que ilus­traba la corrup­ción en China y los pri­vi­le­gios de los hijos de los oficiales.

Los cen­so­res del gobierno tra­ta­ron de dete­ner la cober­tura de la noti­cia, pero la pre­sión social en Inter­net fue enorme, por lo que se vie­ron obli­ga­dos a repor­tar el caso, incluso en la tele­vi­sora esta­tal CCTV.[iii]

Li Qiming fue con­de­nado a seis años de pri­sión, una pena menor que la corte jus­ti­ficó por­que el incul­pado indem­nizó a las víc­ti­mas y aceptó su responsabilidad.

Yin Yus­heng, el perio­dista que reportó la his­to­ria, per­dió su tra­bajo, sin embargo ates­ti­guó el poder que estaba cobrando Inter­net para difun­dir la infor­ma­ción perio­dís­tica y rom­per la censura.

El gobierno tam­bién tomó nota de ello.

Revo­lu­cio­nando las prác­ti­cas perio­dís­ti­cas chinas

¿Qué es lo que está haciendo Yin Yus­heng para sos­te­ner que su pro­puesta no tiene paran­gón en China?

Con el ascenso de los medios digi­ta­les y la caída de los ingre­sos de los medios tra­di­cio­na­les, se ha desa­rro­llado una prác­tica lla­mada crowd­foun­ding, que se tra­duce como el finan­cia­miento en Internet.

Esta­dos Uni­dos y Europa son las regio­nes pio­ne­ras donde en los últi­mos años se han creado pla­ta­for­mascrowd­foun­ding exclu­si­vas para los perio­dis­tas que deci­den tra­ba­jar por su cuenta.

El modelo fun­ciona con un inter­me­dia­rio, una pla­ta­forma web en la que se abre un espa­cio para que los perio­dis­tas ofer­ten sus tra­ba­jos ter­mi­na­dos o los pro­yec­tos a rea­li­zar, ya sean foto­gra­fías o tex­tos, y reci­ban dona­cio­nes en línea. En caso de con­cre­tar una transac­ción, las pla­ta­for­mas se que­dan con un por­cen­taje que va del 10 al 25%.

Pero en el caso de Yin, su pro­puesta de crowd­foun­ding hace a un lado los inter­me­dia­rios y va directo al público.

Yu Sheng pidió a los internautas  financiar su trabajo periodístico. /Imagne del perfil del periodista en weibo.

En su cuenta de weibo, Yin pro­puso a los inter­nau­tas finan­ciar dos his­to­rias en las que él que­ría tra­ba­jar. Una se basaba en la deten­ción de un perio­dista acu­sado de man­te­ner cau­tivo a un tra­ba­ja­dor den­tro de la exca­va­dora con la que éste demo­le­ría una casa, en la pro­vin­cia de Shan­dong. La segunda his­to­ria refe­ría a las acu­sa­cio­nes de corrup­ción de una docena de poli­cías en con­tra del depar­ta­mento de jus­ti­cia local, en la pro­vin­cia de Henan.

Indicó a los inter­nau­tas que las dona­cio­nes se podían rea­li­zar en el sitio Tao­bao, la prin­ci­pal pla­ta­forma de comer­cio elec­tró­nico de China, donde los mino­ris­tas ven­den prác­ti­ca­mente de todo. Cada uno puede apor­tar desde un mínimo de 10 yua­nes hasta un máximo de mil. El límite en el monto en las dona­cio­nes por cada inter­nauta es para evi­tar que el dinero influya en los repor­tes, según Yin explicó en entre­vista al dia­rio ofi­cial Glo­bal Times.

Una vez que se alcanza la suma de 5 mil yua­nes fina­liza la peti­ción y Yin ini­cia la inves­ti­ga­ción. En cada his­to­ria se toma 10 días para indagar.

A con­si­de­ra­ción del mismo perio­dista, 5 mil yua­nes es la can­ti­dad sufi­ciente para rea­li­zar un tra­bajo. El monto cubre viá­ti­cos y su salario.

Dos días des­pués de lan­zar la con­vo­ca­to­ria, Yin ya había reci­bido 8 mil yua­nes de donan­tes indi­vi­dua­les que apor­ta­ron desde 10 y 200 yua­nes. Todos los men­sa­jes eran elo­gios por dicha iniciativa.

En el sitio de comercio electrónico Taobao, el público puede donar desde 10 a mil yuanes /Imagen tomada de la cuenta del periodista en Taobao.

De este modo, Yin comenzó a tra­ba­jar en su pri­mera his­to­ria y se com­pro­me­tió a publi­carla en weibo, junto con los gas­tos hechos, con el fin de trans­pa­ren­tar a los inter­nau­tas el finan­cia­miento de la cobertura.

El perio­dista reco­noce que no espera ganar mucho dinero con este modelo expe­ri­men­tal de perio­dismo finan­ciado en la red.

Es cui­da­doso ante las expec­ta­ti­vas por su tra­bajo, por ello no se com­pro­mete a ofre­cer la ver­dad, sino en “apor­tar datos y hechos”, según publica en su weibo, y para garan­ti­zar obje­ti­vi­dad, ofrece hacer entre­vis­tas imparciales.

“Estoy preo­cu­pado acerca del tema de la segu­ri­dad. Sin embargo, nue­vas cosas son las que valen la pena pro­bar. Quiero ver qué tan lejos puedo lle­gar”.[iv]

Teme­ra­rio o valiente. Todos se pre­gun­tan hasta dónde lle­gará Yin o hasta dónde lo deja­rán lle­gar con su tra­bajo, ya que pre­senta su modelo perio­dís­tico justo en momen­tos en que el gobierno chino ha empren­dido una nueva cam­paña de cen­sura, lla­mada a com­ba­tir los rumo­res en la red, pero que en el fondo es con­si­de­rada una acción para evi­tar que perio­dis­tas inde­pen­dien­tes y ciu­da­da­nos ven­ti­len casos de corrup­ción y abu­sos de poder en las redes socia­les, lo que alienta el des­con­tento social.

Aper­tura infor­ma­tiva controlada

Bei­jing, ade­más de ser la capi­tal de China, es con­si­de­rada el cen­tro polí­tico y cul­tu­ral del país; en cam­bio Shanghai es iden­ti­fi­cada como el lugar para hacer nego­cios, pero Guangz­hou es la zona más libe­ral, donde se ha desa­rro­llado el perio­dismo de inves­ti­ga­ción independiente.

El cre­ci­miento eco­nó­mico, el desa­rro­llo de las tele­co­mu­ni­ca­cio­nes, la urba­ni­za­ción y los mayo­res nive­les edu­ca­ti­vos han pro­pi­ciado una pau­la­tina libe­ra­li­za­ción de los con­tro­les informativos.

El más reciente ejem­plo es la Zona Piloto de Libre de Comer­cio de Shanghai, la cual comenzó a fun­cio­nar a fines de  sep­tiem­bre, donde se des­blo­queará Face­book y Twit­ter —mediante la apli­ca­ción de per­mi­sos especiales—lo que ha gene­rado muchas expec­ta­ti­vas en el extran­jero, que ya miran esta acción como una aper­tura a la libre expre­sión. [v] Debido a que el régi­men no puede ejer­cer con­trol sobre estas pla­ta­for­mas, desde 2009 deci­dió  blo­quear­las tras las revuel­tas ocu­rri­das en la pro­vin­cia de Xinjiang.

Sin embargo, el Glo­bal Times, dia­rio ofi­cial del gobierno, se encargó de echar agua fría a los entu­sias­tas. En un comen­ta­rio edi­to­rial advierte que el libre acceso de Inter­net es “sólo para faci­li­tar el libre comer­cio” en la zona de 29 kiló­me­tros que abarca el pro­yecto piloto.

La mura­lla digi­tal, refiere el dia­rio, ha ser­vido para “garan­ti­zar la segu­ri­dad del cibe­res­pa­cio chino”, un medida basada en la “reali­dad, no en valo­res”.[vi]

En otras pala­bras, la aper­tura de inter­net no es una con­ce­sión de dere­chos para los chi­nos, sino una vía para atraer a los extran­je­ros. La razón es eco­nó­mica, no política.

Más allá de esta isla de liber­tad vista desde el extran­jero, es cierto que al inte­rior del país existe una mayor aper­tura infor­ma­tiva en  temas loca­les que preo­cu­pan a la gente, y que son incluso repor­ta­dos en los órga­nos ofi­cia­les del gobierno chino, tales como corrup­ción,  abu­sos de auto­ri­dad,  desigual­dad social, con­ta­mi­na­ción, segu­ri­dad de los ali­men­tos e incluso, de forma espo­rá­dica, la nece­si­dad de refor­mas al sis­tema polí­tico, siem­pre que estas ideas sean pro­nun­cia­das por los líde­res polí­ti­cos.[vii]

Los aires de aper­tura se vie­ron en 2008, durante la cober­tura del terre­moto de 8 gra­dos de mag­ni­tud que devastó la pro­vin­cia de Sichuan y causó la muerte de 69 mil personas.

El gobierno fle­xi­bi­lizó los con­tro­les a la prensa y per­mi­tió a los perio­dis­tas chi­nos hacer su tra­bajo, quie­nes repor­ta­ron abier­ta­mente cómo muchas cons­truc­cio­nes derrum­ba­das se habían edi­fi­cado con mate­ria­les de mala cali­dad, lo que apun­taba a corrup­ción de ofi­cia­les locales.

Por pri­mera vez en la his­to­ria de la Repú­blica Popu­lar China, en la tele­vi­sión esta­tal se hizo un segui­miento en vivo de un desas­tre de esta natu­ra­leza, antes sólo se pre­sen­ta­ban repor­tes gra­ba­dos. Medios como CNN yBBC reto­ma­ron las imá­ge­nes de las tele­vi­so­ras chi­nas. El caso mos­tró a sus pares extran­je­ros que en China tam­bién se hacía perio­dismo.[viii]

En los últi­mos años los medios chi­nos pri­va­dos e inde­pen­dien­tes han desa­rro­llado un perio­dismo de inves­ti­ga­ción res­pe­ta­ble. Repor­tan una gran varie­dad de temas en el ámbito local con rela­tiva liber­tad, mien­tras no vio­len la regla de oro que es poner en duda o cri­ti­car la legi­ti­mi­dad del Par­tido Comu­nista y a sus prin­ci­pa­les líde­res. Recor­de­mos que el Pre­mio Nobel de la Paz 2010, Liu Xiabo, desde 2008 cum­ple una con­dena de 11 años en pri­sión por pedir demo­cra­cia en China.[ix]

A par­tir de que Deng Xiao­ping intro­dujo la reforma de aper­tura al exte­rior, en 1979, cam­biando la línea radi­cal de Mao para dar paso al “socia­lismo con carac­te­rís­ti­cas chinas”—entendido como el capi­ta­lismo pla­ni­fi­cado por el Estado— el gobierno auto­rizó la crea­ción de medios de comu­ni­ca­ción  pri­va­dos, los cua­les pue­den comer­cia­li­zar su infor­ma­ción para atraer anun­cian­tes. Tal como fun­ciona en cual­quier sis­tema de mercado.

Ello no implica que el régi­men cede el con­trol sobre los medios. Las auto­ri­da­des deci­den cómo y cuándo se crea un nuevo perió­dico; a quié­nes se con­tra­tan, ya que para ser perio­dista se requiere una licen­cia. Tam­bién se define cómo se deben abor­dar los temas sen­si­bles, entre ellos los cono­ci­dos como la “tri­ple T y la F”: Tai­wán, Tíbet, Tiananmen(por el movi­miento estu­dian­til del 1989) y el Falun­gong (un orga­ni­za­ción espi­ri­tual proscrita).

Para trabajar como periodista el gobierno otorga una licencia/ Imagen de carnets de periodistas.

Siguiendo la línea ofi­cial, los medios tie­nen garan­ti­zada una cierta auto­no­mía, pero no la sufi­ciente como para evi­tar los controles.

Los perió­di­cos frente al arribo de internet

En un espa­cio aco­tado para repor­tar temas públi­cos, el mer­cado perio­dís­tico chino vive una com­pe­ten­cia feroz por la bús­queda de patro­ci­nios y lec­to­res. El pano­rama se com­plica ante el sur­gi­miento de Inter­net y la popu­la­ri­za­ción de las redes socia­les chi­nas, que ahora emer­gen como fuen­tes de noticias.

Si en 2008 los perio­dis­tas chi­nos mos­tra­ron al mundo que tam­bién saben inves­ti­gar, en 2011 los ciu­da­da­nos mos­tra­ron que no nece­si­tan ni Face­book ni Twit­ter para ejer­cer su libre expresión.

Ese año fue mar­cado por el acci­dente de tren de alta velo­ci­dad en Wenz­hou, en la pro­vin­cia de Zhe­jiang, en el que murie­ron 40 per­so­nas y 190 resul­ta­ron heridas.

A minu­tos de ocu­rrir el acci­dente, en las redes socia­les chi­nas comen­za­ron cir­cu­lar men­sa­jes pidiendo ayuda. Con­forme avan­za­ban las horas, cre­cía el des­con­tento por la actua­ción de las auto­ri­da­des, que más que aten­der el inci­dente esta­ban preo­cu­pa­das por cubrirlo. Y, lite­ral­mente, inten­ta­ron sepul­tar uno de los tre­nes para ocul­tar las cau­sas de la tra­ge­dia, según denun­cia­ron inter­nau­tas en weibo.

El des­ca­rri­la­miento del tren, ade­más de las  fallas téc­ni­cas, fue pro­ducto de la negli­gen­cia y la corrup­ción al inte­rior del Minis­te­rio de Ferro­ca­rri­les, ya que por inau­gu­rar con pre­mura la nueva ruta ferro­via­ria, no se aten­die­ron todas las medi­das de seguridad.

En Sina y Ten­cent, los prin­ci­pa­les pro­vee­do­res del ser­vi­cio del micro­blog cono­cido como weibo, cir­cu­la­ron más 20 millo­nes de men­sa­jes sobre la tra­ge­dia, algu­nos para movi­li­zar ayuda y otros diri­gi­dos con­tra la actua­ción de las auto­ri­da­des. Los cen­so­res se vie­ron rebasados.

Por su parte, los medios chi­nos rea­li­za­ron una cober­tura crí­tica sobre el acci­dente,  incluso en los órga­nos ofi­cia­les. Deman­da­ban res­pues­tas sobre lo que pasó y qué auto­ri­da­des eran res­pon­sa­bles. El caso Wenz­hou marcó un hito en China por­que mos­tró el poder de las redes socia­les para con­ver­tirse en los nue­vos espa­cios informativos.

Weibo, el nuevo refe­rente informativo

En China, como en otras par­tes del mundo, los perió­di­cos están per­diendo terreno en el con­sumo infor­ma­tivo entre los jóve­nes meno­res de 30 años,[x] quie­nes mayo­ri­ta­ria­mente se infor­man en Inter­net y par­ti­cu­lar­mente en las redes socia­les, espa­cios que gozan de mayor cre­di­bi­li­dad, con todo y que tam­bién se difunde abun­dante infor­ma­ción no verificada.

Si bien el nego­cio de los perió­di­cos impre­sos en China está  muy lejos de vivir en cri­sis, comienza a mos­trar sig­nos de declive. Los pues­tos de revis­tas están cerrando. El Glo­bal Times reportó que, en opi­nión de los ven­de­do­res, en los últi­mos dos años las ven­tas de dia­rios han caído entre 20 y 50%.[xi] Las ten­den­cias indi­can que se ace­lera su declive con­forme se incre­menta el número de per­so­nas con acceso a Internet.

El país asiá­tico tiene el mayor número de inter­nau­tas del mundo, con 591 millo­nes, de entre los cua­les, 420 millo­nes se conecta usando dis­po­si­ti­vos móvi­les (telé­fo­nos, table­tas, entre otros), esto es el 74 por ciento del total.[xii]

En tér­mi­nos de pene­tra­ción, el 42 por ciento de la pobla­ción tiene acceso a la red, lo que sig­ni­fica que la mayo­ría aún se sigue infor­mando en los medios tra­di­cio­na­les, sin embargo, por su ubi­cui­dad y rapi­dez, las noti­cias se están gene­rando en la red y se prevé que habrá un mayor con­sumo infor­ma­tivo a tra­vés de dis­po­si­ti­vos móvi­les.[xiii]Un reflejo son los 274 millo­nes de usua­rios que tie­nen cuenta regis­trada en weibo, la cifra más grande de micro­blo­gue­ros en el mundo.

Si por un lado Inter­net afecta a la indus­tria perio­dís­tica, por otro lado libera a los perio­dis­tas de las orga­ni­za­cio­nes mediá­ti­cas, como ocu­rre con el caso de Yin Yus­heng, quien puede inde­pen­di­zarse y tra­ba­jar directo con sus lec­to­res, pero su caso no es el único.

Gra­cias a inter­net, una nueva gene­ra­ción de perio­dis­tas ciu­da­da­nos está repor­tando direc­ta­mente al público a tra­vés de sus cuen­tas de weibo o micro­blog, sin pasar por los medios tra­di­cio­na­les y, por ende, los con­tro­les del gobierno.

La era digi­tal ha per­mi­tido a los inter­nau­tas con­ver­tirse en gene­ra­do­res de con­te­ni­dos. Ello ha trans­for­mado todos los ámbi­tos de con­sumo, comu­ni­ca­ti­vos e infor­ma­ti­vos. Para los gobier­nos de todo el mundo ha sido un reto poder manio­brar en los entor­nos digi­ta­les, donde los con­tro­les son prác­ti­ca­mente imposibles.

En China se da un juego del gato y el ratón. Los meca­nis­mos de cen­sura se renue­van todo el tiempo por­que los inter­nau­tas encuen­tra la forma de evi­tar­los. Hasta hace poco los perio­dis­tas ciu­da­da­nos esta­ban fuera de la mano de los cen­so­res, pero en los últi­mos meses las cosas han cam­biado radicalmente.

El perio­dismo en China: el juego del gato y el ratón

Pese a los visos de aper­tura expues­tos ante­rior­mente, no nos con­fun­da­mos, China sigue siendo un lugar poco ami­ga­ble para hacer perio­dismo. No obs­tante su desa­rro­llo eco­nó­mico, el país asiá­tico no solo con­ti­núa, sino que hace más férrea la cen­sura en Internet.

El Índice de Liber­tad de Prensa 2013 de Repor­te­ros Sin Fron­te­ras sitúa a China en el sép­timo puesto de los paí­ses en el mundo con el ambiente más repre­sivo para el perio­dismo. En el ran­king de los paí­ses que más res­pe­tan a la prensa ocupa el lugar 173 de 179, donde Fin­lan­dia es el país más avan­zado. [xiv]

En enero de este año, la Admi­nis­tra­ción Gene­ral de Prensa y Publi­ca­cio­nes de China(AGPP) anun­ció una cam­paña para iden­ti­fi­car y san­cio­nar a perio­dis­tas sin licen­cia “para pre­ser­var la repu­tación de los medios de comu­ni­ca­ción del país”.[xv]

Según las auto­ri­da­des, el obje­tivo era com­ba­tir prác­ti­cas irre­gu­la­res de per­so­nas que se hacen pasar por perio­dis­tas para extor­sio­nar a per­so­nas a cam­bio de que no se publi­quen his­to­rias nega­ti­vas o his­to­rias paga­das que van con­tra la repu­tación de lo medios.

Para mayo, las accio­nes habían sido efec­ti­vas con el cie­rre de 107 sitios web de “noti­cias irre­gu­la­res”, en con­si­de­ra­ción de las auto­ri­da­des.  Pero a ojos de los medios inde­pen­dien­tes, estas accio­nes esta­ban des­ti­na­das ame­dren­tar a los perio­dis­tas ciudadanos.

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Uno de los más nota­bles es Zhu Rui­feng, quien en 2012 cobró fama hasta sumar un millón de segui­do­res en su weibo, por reve­lar el video del jefe del Par­tido Comu­nista en Chong­qing, Lei Zheng Fu, teniendo rela­cio­nes sexua­les con una joven de 18 años.

El video fue gra­bado en 2007 por la misma joven, quien fue ins­truida por un empre­sa­rio para hacerlo y obte­ner una evi­den­cia con­tra el ofi­cial con el fin de extor­sio­narlo y ganar con­tra­tos para su empresa. Esto for­maba parte de una red de extor­sión con­tra fun­cio­na­rios de Chongqing.

Tras can­sarse de las extor­sio­nes, Lei con­fesó su falta con un alto ofi­cial, quien en lugar de san­cio­narlo, lo pro­mo­vió y ordenó des­truir el video. Pero una copia estaba en manos de otra per­sona que deci­dió fil­trarlo al perio­dista, quien publicó sobre el caso y subió frag­men­tos del video en su cuenta de weibo.

En siete días, el ofi­cial Lei Zheng  Fu fue expe­lido de su puesto y some­tido a jui­cio. Fue some­tido a jui­cio y con­de­nado a 13 de años de pri­sión por corrup­ción. Tam­bién fue­ron san­cio­na­dos los impli­ca­dos en la red de extor­sión y así como otros ofi­cia­les.[xvi]

Desde la publi­ca­ción del caso, el perio­dista ciu­da­dano Zhu Rui­feng comenzó a ser hos­ti­gado por las auto­ri­da­des hasta que cerra­ron su página web lla­mada “Super­vi­sión del Pue­blo”, la cual creó en 2006 para inves­ti­gar la corrup­ción entre  ofi­cia­les, donde expuso 100 casos, según refi­rió al dia­rio New York Times.  Las auto­ri­da­des tam­bién die­ron de baja sus cuen­tas en los microblogs.

Al no tener una licen­cia de perio­dista el gobierno no lo reco­noce como tal, por ello queda des­pro­te­gido ante la ley. Zhu Rui­feng  asume su labor como un acti­vista. Deci­dió divor­ciarse de su esposa, quien tra­baja en el gobierno, para pro­te­gerla y seguir deve­lando escán­da­los de los fun­cio­na­rios. En la entre­vista con el NYT, antes de que cerra­rán su weibo, ase­guró que  asu­mía los ries­gos por amor a su país.

Otro renom­brado perio­dista ciu­da­dano que ha publi­cado sus repor­tes en las redes socia­les es Zhou Xiao­yun, quien en 2011 reveló que la para­es­ta­tal petro­lera Sino­pec de Guang­dong, había gas­tado millo­nes de yua­nes en la com­pra de licor lujoso para el jefe local Lu Guangyu. El escán­dalo derivó en la des­ti­tu­ción del fun­cio­na­rio en tan sólo 10 días.

El periodista ciudadano Zhou Xiaoyun cubre su rostro porque asegura que tiene varios enemigos que le gustarían verlo muerto /Foto facilitada por Zhou al diario Global Times.

En otro reporte de alto impacto ofre­cido por Zhou reveló la mal­ver­sa­ción de fon­dos que hizo el Minis­te­rio de Ferro­ca­rri­les en el lan­za­miento de su sitio web, lo que causó el enojo de los internautas.

El escán­dalo más reciente en el que está envuelto es la denun­cia que hizo en con­tra la orga­ni­za­ción no guber­na­men­tal de la Socie­dad de la Cruz Roja de China, por­que acusó que algu­nos de los fun­cio­na­rios se han bene­fi­ciado per­so­nal­mente con los recur­sos de los donantes.

En una entre­vista para el Glo­bal Times, donde Zhou apa­rece con un cubre­bo­cas y gafas para no reve­lar su iden­ti­dad por miedo a repre­sa­lias, ase­guró que en su tra­bajo nunca con­si­dera los dichos de las per­so­nas como prue­bas hasta que no tiene docu­men­tos o gra­ba­cio­nes que sos­ten­gan las acu­sa­cio­nes.  Tam­bién aclara que sólo colecta infor­ma­ción de forma legal. Gra­cias a su red de con­tac­tos, que inclu­yen aca­dé­mi­cos y figu­ras influ­yen­tes entre los inter­nau­tas en las redes socia­les, el puede expan­dir el alcance de sus publi­ca­cio­nes en inter­net.  “Inter­net y los inter­nau­tas son mi pro­tec­ción”, aseguró.

Y para cerrar esta mues­tra de ciu­da­da­nos con­ver­ti­dos en perio­dis­tas es ilus­tra­tivo el caso de Chen, un gerente de hotel quien durante dos años pidió a la Corte de Shanghai que inves­ti­gara la actua­ción del juez que falló en su caso. En el jui­cio fue con­de­nado a pagar una indem­ni­za­ción a un con­tra­tista por una can­ti­dad mucho mayor de la que impli­caba el con­trato, por lo que se le obligó a ven­der su depar­ta­mento para pagar la deuda. Chen sos­pe­chaba que el juez había sido par­cial por­que el con­tra­tista era fami­liar de éste.

Al no obte­ner res­puesta de la corte, Chen deci­dió inves­ti­gar por su cuenta. Pacien­te­mente siguió los pasos del juz­ga­dor hasta que obtuvo la evi­den­cia que nece­si­taba: Un video de segu­ri­dad de un hotel en el que se mues­tra al juez, con otros tres ofi­cia­les, acu­diendo a un bar para con­tra­tar a pros­ti­tu­tas. La pros­ti­tu­ción en China es un delito.

Tras revelarse el video, el Tribunal Popular Superior de Shanghái,  destituyó a cuatro oficiales, entre los que se encuentra Chen Xueming, uno de los jueces y jefe del juzgado número 1, y Zhao Minghua, juez suplente. /Imagen del video revelado por Chen

Chen publico anó­ni­ma­mente el video en su micro­blog. Al día siguiente de publi­car la infor­ma­ción, la corte abrió una inves­ti­ga­ción, pos­te­rior­mente dos jue­ces y dos ofi­cia­les fue­ron destituidos.

Los casos expues­tos mues­tran cómo inter­net ha empo­de­rado el ejer­ci­cio del perio­dismo ciu­da­dano en China, el cual ha ser­vido como un efec­tivo con­tra­peso para exhi­bir a los ofi­cia­les corruptos.

Esta ola de denun­cias en las red fue­ron en parte ani­ma­das por el dis­curso del pre­si­dente, Xi Jin­ping, quien al asu­mir el poder ase­guró que su gobierno estaba deci­dido a com­ba­tir la corrupción.

En esta sin­to­nía, los micro­blogs se han con­ver­tido en un espa­cio efec­tivo y efi­ciente para mos­trar y cas­ti­gar la corrup­ción. Mien­tras que en 2010 se regis­tra­ron 78 casos expues­tos en los micro­blogs, en 2012  fue­ron 105.

No sólo la denun­cia, tam­bién la res­puesta de las auto­ri­da­des para inves­ti­gar los casos se incre­mentó. En 2011 se ini­cia­ron inves­ti­ga­cio­nes den­tro de las 24 horas de publi­carse la infor­ma­ción en los micro­blogs, lo que ocu­rrió en 29% de los casos. Para 2012 la reac­ción de las auto­ri­da­des se duplicó, abriendo inves­ti­ga­cio­nes en 36% de los casos, según las cifras la inves­ti­ga­ción de la Uni­ver­si­dad Jiao Tong de Shanghai.[xvii]

El estu­dio indica que los micro­blogs son el espa­cio pre­fe­rido para reve­lar los casos de corrup­ción, pero son los medios tra­di­cio­na­les los que rea­li­zan la cober­tura con reac­cio­nes y entre­vis­tas de los impli­ca­dos, ya que más del 60% de la infor­ma­ción de segui­miento fue publi­cada en estos espacios.

Pero hasta el cielo tiene un límite y el perio­dismo en las redes socia­les encon­tró el suyo.

Dado el efecto explo­sivo que han tenido las denun­cias de corrup­ción en la red, tam­bién se ha con­ver­tido en una arma de ven­gan­zas entre ofi­cia­les o bien para extor­sio­nar a fun­cio­na­rios corrup­tos, más que para lle­var­los ante la jus­ti­cia, como se pre­ten­dió con los videos sexua­les de Chongqing.

En una entre­vista para el Glo­bal Times, Zhu Rui­feng señaló que el 95% de los casos expues­tos de corrup­ción se basan en infor­ma­ción fil­trada por fuen­tes inter­nas, pero tam­bién reco­no­ció que algu­nos bus­can obte­ner dinero por lo que publi­can infor­ma­ción para chan­ta­jear. Y como los ofi­cia­les están dis­pues­tos a pagar para que no se devele su corrup­tela, esto ha gene­rado un mer­cado de extor­sio­nes y rumo­res en la red.

En 2008, la pro­vin­cia de Hebei se detec­ta­ron a 82 “perio­dis­tas fal­sos” que defrau­da­ron a fun­cio­na­rios del gobierno con un monto total de 11 millo­nes de yuanes.

Pero a decir de los crí­ti­cos, el com­bate a los rumo­res ha sido el argu­mento per­fecto que el gobierno chino encon­tró para con­tro­lar a los perio­dis­tas ciu­da­da­nos y sus repor­tes, mediante nue­vas leyes.

Nue­vos perio­dis­tas, nue­vas censuras

Yang Hui, un ado­les­cente de 16 años de la pro­vin­cia de Gansu, se con­vir­tió invo­lun­ta­ria­mente en un héroe en la bata­lla por la liber­tad de expre­sión. La poli­cía de Zhang­jia­chuan lo arrestó al salir de su escuela, acu­sado del cargo cri­mi­nal de “pro­vo­car pro­ble­mas”. Su delito fue publi­car en su cuenta de weibo sus dudas sobre la inves­ti­ga­ción de la poli­cía local en un caso en el que un hom­bre fue encon­trado muerto en un karaoke.

La poli­cía con­cluyó que fue sui­ci­dio, pero Yang suge­ría que la per­sona había sido ase­si­nada y los fami­lia­res de ésta fue­ron dete­ni­dos para ocul­tar la ver­dad, por­que el nego­cio per­te­ne­cía a Su Jian, un ofi­cial de la Corte.

La corte des­min­tió que Jian fuera su empleado, pero reco­no­ció que el karaoke per­te­nece a la esposa de otro oficial.

Por su parte, la poli­cía ase­guró que el post de Yang pro­vocó que cien­tos de per­so­nas pro­tes­ta­ran, cau­sando el des­or­den público.

El ado­les­cente se con­vir­tió en el pri­mer acu­sado del país en espar­cir rumo­res en Inter­net, a par­tir de que la Suprema Corte del Pue­blo de China pro­mulgó una ley que san­ciona a quie­nes publi­quen difa­ma­cio­nes o infor­ma­ción falsa en la red, la cual sea com­par­tida hasta 500 veces y reciba 5 mil visi­tas.  El delito se san­ciona hasta con tres años de cárcel.

Tras ser encar­ce­lado, el ado­les­cente reci­bió el apoyo jus­ta­mente en las redes socia­les. Los inter­nau­tas comen­za­ron a publi­car foto­gra­fías de las ins­ta­la­cio­nes de la poli­cía de Zhang­jia­chuan, que mues­tran un gran lujo en uno de los con­da­dos más pobres de China. Al tiempo,  dos abo­ga­dos acti­vis­tas via­ja­ron a la pro­vin­cia para pedir la libe­ra­ción del ado­les­cente y reca­ba­ron la firma de 40 abo­ga­dos para recla­mar su liberación.

Tras una semana de deten­ción y ante las pre­sio­nes en la red, Yang fue libe­rado, lo pri­mero que hizo al salir fue publi­car una foto en su weibo haciendo la V de la vic­to­ria y vis­tiendo un jer­sey con la leyenda “Make the change”.

Yang Hui fue el primer detenido por esparcir rumores en la red, bajo la nueva ley. La presión de abogados e internautas ayudó a su liberación.

Su libe­ra­ción fue cele­brada por los inter­nau­tas como una vic­to­ria en la bata­lla por la liber­tad de expresión.

Antes de la pro­mul­ga­ción de la ley, la ofen­siva del gobierno con­tra los rumo­res llevó a pri­sión a algu­nos perio­dis­tas y cele­bri­da­des de weibo como a Xue Manzi, un inver­sor chino-estadounidense, quien suma 12 millo­nes de segui­do­res en su microblog.

Las cele­bri­da­des en weibo son aque­llos usua­rios que tie­nen una cuenta veri­fi­cada que se dis­tin­gue con una “V”, lo que da un esta­tus de con­fianza a los inter­nau­tas de que la iden­ti­dad de la per­sona es real. Exis­ten 19 mil cuen­tas veri­fi­ca­das cuyos segui­do­res exce­den los 100 mil, por cada cuenta. De este número, 3 mil 300 usua­rios tie­nen al menos un millón de segui­do­res cada uno, según esta­dís­ti­cas de Sina­weibo. Es por ello que las cele­bri­da­des de weibo se con­vier­ten en líde­res de opi­nión, y cada post que publi­can puede ser com­par­tido y visto miles de veces o millo­nes, ya que en la red com­par­tir con­te­ni­dos puede dupli­car, tri­pli­car el alcance de quie­nes ven las publicaciones.

Xue Manzi fue dete­nido por con­tra­tar pros­ti­tu­tas, lo que es un delito en China como se men­cionó. Las auto­ri­da­des han negado que su deten­ción se deba a su con­di­ción de líder de opi­nión en la red, lo cierto es que su caso fue usado para enviar un men­saje a las cele­bri­da­des de weibo para que pien­sen dos veces antes de publi­car o com­pa­tir  infor­ma­ción sensible.

Xue había sumado segui­do­res en la red gra­cias a sus posts denun­ciando el trá­fico de niños, por comen­tar temas sobre pro­ble­má­ti­cas públi­cas así como algu­nos casos de corrup­ción. Tras su deten­ción, apa­re­ció en una entre­vista para CCTV, la tele­vi­sora esta­tal, donde con­fesó que había sido irres­pon­sa­ble al publi­car infor­ma­ción no verificada.

Las espe­cu­la­cio­nes entre quie­nes siguen de cerca la polí­tica china sugie­ren que las auto­ri­da­des lo pre­sio­na­ron para mos­trarse ante las cáma­ras y ser­vir como chivo expia­to­rio para con­tro­lar tanto a los que publi­can como a los que difun­den con­te­ni­dos que pue­dan gene­rar des­con­tento social. Y no es poca cosa.

Si hay algo que molesta a las auto­ri­da­des es el des­or­den público. Para gober­nar a mil 300 millo­nes de per­so­nas el gobierno aplica mano dura, aun­que a veces la pone suave.

En 2010 se regis­tra­ron 180 mil mani­fes­ta­cio­nes en todo el país, lo que equi­vale a un pro­me­dio de 500 dia­rias, cua­tro veces más que lo regis­trado en la década ante­rior, según afirma el soció­logo Sun Liping, de la Uni­ver­si­dad de Tsinghua, uno de los inves­ti­ga­do­res más res­pe­ta­dos del país.

En este con­texto, la cam­paña con­tra los rumo­res es parte de una acción de más amplio alcance por parte del gobierno para con­tro­lar el flujo de infor­ma­ción que no pasa por sus filtros.

En el dis­curso ofi­cial, el régi­men comu­nista está dis­puesto en com­ba­tir la corrup­ción pero bajo sus tér­mi­nos. La expo­si­ción mediá­tica del jui­cio a Bo Xilai, quien fuera el pode­roso secre­ta­rio del par­tido comu­nista en Chong­qing, con­de­nado a cadena per­pe­tua por corrup­ción y abuso de poder, es la mues­tra más clara.

Por ello, a la vez que el gobierno emprende una ofen­siva en la red, por otro lado el órgano anti­co­rrup­ción del Par­tido Comu­nista lanza un sitio web para que los inter­nau­tas denun­cien a los fun­cio­na­rios. Según las cifras ofi­cia­les, hasta el momento han reci­bido más de 700 denun­cias en línea.

En estos pla­nes del com­bate a la corrup­ción los perio­dis­tas ciu­da­da­nos no están invitados.

Existe un pro­ver­bio chino que dice: “matar a la gallina para espan­tar a los monos”. Aun­que parece que hay monos cura­dos de espanto.

Perio­dis­tas como Yin Yus­heng,  y como muchos otros que no reci­ben tan­tos reflec­to­res, han apren­dido a sor­tear la cen­sura, arries­gando su pro­pia inte­gri­dad e incluso la de su familia.

Es el pre­cio a pagar por revo­lu­cio­nar las for­mas de hacer perio­dismo en China.


[i] Según el regis­tro publi­cado por el Cen­tro de Infor­ma­ción de Inter­net de China, el país asiá­tico tiene el mayor mer­cado de la prensa en el mundo, con 1.937 perió­di­cos e impri­mió 43900 millo­nes de copias en 2009. La Aso­cia­ción Mun­dial de Perió­di­cos y Edi­to­res tam­bién ubica a China como el mayor pro­duc­tor de dia­rios con 33% del total global.

[ii] La tra­duc­ción indi­recta en espa­ñol se basa en la ver­sión en inglés tra­du­cida del chino por el Dia­rio Glo­bal Times.

[iii] WINES, MICHAEL (2010). “China’s Cen­sors Mis­fire in Abuse-of-Power Case”, The New York Times  17 de noviem­bre. Con­sul­tado en  http://www.nytimes.com/2010/11/18/world/asia/18li.html

[iv] Wen, Ya (2013) “Jour­na­lista for hire”, Glo­bal Times, 18 de septiembre.

[v] Chen, George (2013) “EXCLUSIVE: China to lift ban on Face­book – but only wit­hin Shanghai free-trade zone” en South China Mor­ning Post, 24 sep­tiem­bre, con­sul­tado enhttp://www.scmp.com/news/china/article/1316598/exclusive-china-lift-ban-facebook-only-within-shanghai-free-trade-zone

[vi] Glo­bal Times (2013). “Fire­wall not the issue as trade opens.” 25 de sep­tiem­bre. Tra­duc­ción del autor.

[vii] Noti­cias sobre estos temas apa­re­cen de forma fre­cuente en los órga­nos infor­ma­ti­vos ofi­cia­les del régi­men comu­nista tales como el Dia­rio del Pue­blo, la Agen­cia esta­tal Xin­hua, el dia­rio Glo­bal Times y la ver­sión inter­na­cio­nal del China Daily.

[viii] Ban­durski, David y Hala, Mar­tin (2010) “Inves­ti­ga­tive Jour­na­lism in China: Eight Cases in Chi­nese Wat­ch­dog Jour­na­lism”. Hong Kong Press University.

[ix] Liu Xiabo fue dete­nido el 8 de diciem­bre de 2008 des­pués de que fir­mara la ‘Carta 08′, junto a otros 302 inte­lec­tua­les chi­nos, la cual fue publi­cada en Inter­net, en la que pedía refor­mas lega­les para tener demo­cra­cia y pro­tec­ción de las liber­ta­des fun­da­men­ta­les en China. Reci­bió el Pre­mio Nobel de la Paz en 2010.

[x] Hooke Paolo (2012) “Why News­pa­per Mar­ket are gro­wing in China and India, while they decline in the USan UK” Volume 12, Num­ber 1, 2012. Dis­po­ni­ble en http://ejournalist.com.au/ejournalist_v12n1.php

[xi] Zhou Ping, (2013) “Run­ning out of print”, Glo­bal Times, 3 de sep­tiem­bre. Con­sul­tado enhttp://www.globaltimes.cn/content/808331.shtml

[xii] Según cifras del Cen­tro de Infor­ma­ción de la Red de Inter­net de China (CNNIC, siglas en inglés).

[xiii] Según las pre­vi­sio­nes del Reporte Anual del Desa­rro­llo de los Nue­vos Medios en China 2013, publi­cado por la Aca­de­mia de Cien­cias Socia­les de China.

[xiv] Press Free­dom Index  2013 de Repor­te­ros Sin Fron­te­ras se puede con­sul­tar en http://en.rsf.org/press-freedom-index-2013,1054.html

[xv] Dia­rio del Pue­blo (2013) “China tomará medi­das con­tra los perio­dis­tas sin licen­cia”,  4 de enero, con­sul­tado en http://spanish.peopledaily.com.cn/31614/8077976.html

[xvi] Pang, Jiao­ming (2013) “A Scan­dal Invol­ving Chong­qing Offi­cials Was a Web of Sex, Lies and Video”, 9 de Junio. Cai­xin. http://english.caixin.com/2013–09-06/100579236.html?p1

[xvii] Chen, Lu (2013) “Corrup­tion finds foe in micro­blogs”, 19 de agosto. Glo­bal Times.

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