La historia de los jóvenes que pusieron todo el internet en un buscador

Larry Page y Sergey Brin, cofundadores de Google, dejan sus cargos de consejero delegado y presidente de Alphabet, respectivamente, pero continuarán en la empresa como miembros de la junta de accionistas. Es el fin de una era en la historia del gigante tecnológico.

En 2015, Google cambió su nombre de registro empresarial para convertirse en Alphabet, nomenclatura que identifica a todo el corporativo e incluye a Youtube, Android, el mismo Google y sus servicios derivados, así como las 200 empresas subsidiarias. Sundar Pichai, quien era el jefe de Google, ahora tomará las riendas de todo el corporativo.

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Los cofundadores mantienen el control del voto en la junta de accionistas. Page posee el 5,8% y Brin tiene el 5,6% de las acciones de Alphabet, mientras que Pichai ostenta el 0,1%.

Desde el nacimiento de Google, en 1998, la empresa ha mantenido un estratosférico crecimiento. Su valor de mercado se sitúa en los 899,41 mil millones de dólares.

A 21 años de existencia, el gigante tecnológico ya no goza de tan buena reputación como en sus inicios. Se le acusa de utilizar su dominio en el mercado de búsquedas en internet para posicionar resultados que dan mayor visibilidad a sus propios productos por encima de los competidores.

El año pasado la empresa fue criticada por liquidar al fundador de Android, Andy Rubin, con 90 millones de dólares tras su salida obligada por denuncias de acoso sexual.

Google también se ha deslindado del Departamento de Defensa de los Estados Unidos y no renovó el contrato de servicios, ello debido a que varios de sus empleados mostraron su descontento al enterarse de que algunos desarrollos tecnológicos estaban siendo utilizados por el gobierno.

Del mismo modo, la compañía se vio forzada a dar marcha atrás en su plan de lanzar en China un buscador con filtros de temas censurados por el gobierno en un proyecto que llamó “Libélula”.

Y en la Unión Europa, las autoridades multaron a Google con una cifra récord de $ 5,1 mil millones de dólares por abusar de su poder en el mercado de teléfonos móviles y le ordenaron modificar sus prácticas monopólicas.

El lema “no seas malvado”, adoptado por los jóvenes Page y Brin como el mantra de Google en los inicios de la empresa, ya no parece ser recordado ahora que se ha convertido en todo un emporio.

A propósito de los cambios corporativos, retomo un fragmento del texto Las Claves para Entender a Google, publicado originalmente en la Revista Mexicana de Comunicación en 2009, donde se narra la historia de los dos jóvenes doctorantes de Ciencias de la Computación de la Universidad de Stanford, quienes jamás imaginaron que su invento definiría nuestro ecosistema digital. Todo partió de un sueño y parecía algo imposible: descargar el internet y ponerlo en un buscador.

La sana distancia a lo imposible

 

Corría el año 1995 en la Universidad de Stanford. Sergey Brin fue encomendado para mostrar las instalaciones del campus a un grupo de nuevos estudiantes, candidatos para cursar el doctorado en Ciencias de la Computación.

Brin, de entonces 23 años, era un joven talentoso con los números y la informática. Lo heredó de su padre, Michael, profesor de Matemáticas en la Universidad de Maryland y de su madre, Eugenia, quien laboraba como ingeniera aeroespacial en la NASA. La familia Brin emigró de la Unión Soviética a Estados Unidos en 1979, cuando Sergey tenía seis años, debido a la discriminación padecida por su origen judío, lo que limitaba su desarrollo profesional.

Desde pequeño, Sergey mostró interés por las computadoras. A los 9 años su padre le regaló su primer equipo. Este talento le permitió graduarse con honores de la Universidad de Maryland en la carrera de Ciencias de la Computación y Matemáticas. Gracias a ello obtuvo una beca de posgrado en la National Science Foundation que utilizó para estudiar su maestría en Stanford.

De regreso al momento en que Brin ofrece un recorrido al grupo de nuevos estudiantes, entre ellos se encuentra un impetuoso joven. Es Larry Page, de entonces 24 años.

Larry también creció entre las matemáticas y la computación. Su padre, Carl Victor Page, fue profesor de computación en la Universidad de Michigan hasta su muerte, en 1996. De hecho fue el primero en doctorarse en informática por dicha institución. Su madre, Gloria, estudió una maestría en ciencias de la computación e impartió clases de programación en la misma universidad. Page, al igual que Brin, también es de origen judío, pero su religión siempre ha sido la tecnología. Sus habilidades en la informática sorprendieron a su familia. A los 6 años ya utilizaba el procesador de textos.

Sergey y Larry no conectaron en su primer encuentro. De hecho discutían todo el tiempo por sus distintas visiones sobre su campo de estudio. La situación cambió cuando encontraron un tema de interés común: cómo recuperar información de grandes conjuntos de datos.

Sergey se interesaba en los sistemas de data mining (minería de datos), una técnica para extraer información de las bases de datos y crear modelos predictivos para determinar tendencias de consumo, como saber qué tipo de producto compraría una persona en función de los datos de búsqueda en la red.

Larry, por su parte, estaba preocupado por encontrar un tema para su tesis doctoral. Le parecía fascinante el crecimiento de la World Wide Web. Desde un enfoque matemático, Page visualizó a la red y a cada computadora como un nodo. Los enlaces de cada página eran vistos como una conexión entre nodos, los cuales formaban un gráfico.

Larry quería investigar los enlaces que iban de una página a otra y ver cómo regresaban al enlace original. Razonó que los vínculos de internet funcionan como las citas bibliográficas: un texto cita a otro y los textos más importantes son los más citados. La clave era encontrar un método para predecir qué vínculo seguiría una página. Encontró la respuesta en un sueño que él mismo relataría después en un acto de graduación en la Universidad de Michigan.

¿Saben lo que es despertarse en medio de la noche con un sueño muy real? ¿Y saben cómo, si no tienes un lápiz y una libreta en la cama para escribirlo, éste habrá desaparecido por completo a la mañana siguiente?

Bueno, yo tuve uno de esos sueños cuando tenía 23 años. Cuando me desperté, de repente estaba pensando: ¿y si se pudiera descargar la web entera y sólo mantener los vínculos? Cogí un lápiz y comencé a escribir. A veces es importante despertar y dejar de soñar. Me pasé la mitad de la noche escribiendo los detalles y convencerme a mí mismo que iba a funcionar. Poco después le dije a mi asesor, Terry Winograd, que me tomaría un par de semanas para descargar la web. Mi asesor asintió con la cabeza, consciente de que me llevaría mucho más tiempo, pero no me lo dijo. El optimismo de los jóvenes es a menudo subestimado. Sorprendentemente, yo no tenía ni idea de cómo construir un motor de búsqueda.

Los profesores del joven entusiasta fueron incrédulos frente a la idea de descargar la red para analizar los enlaces. Pero Larry lo hizo. Su lema preferido, aprendido en un campamento de verano, era “tener un desprecio saludable por lo imposible”. Su asesor creyó en él y le conminó a seguir su plan. Larry considera que este fue el mejor consejo que ha recibido en su vida.

Entonces creó BankRub, un sistema capaz de descubrir los enlaces en la red, almacenarlos para su posterior análisis y volverlos a publicar para que cualquier persona observara qué página estaba enlazada con otra. En aquel tiempo la red se componía de un estimado de 10 millones de documentos, con un número incalculable de vínculos entre ellos.

Sergey Brin se interesó por conocer más sobre proyecto debido a su complejidad, ya que él estaba en la búsqueda de un tema para su tesis doctoral. Se acercó a Larry y ahí nació su amistad. Sus diferencias quedaron atrás gracias a la pasión de ambos por la tecnología.

Además de rastrear la red para descubrir los enlaces entre páginas, la verdadera innovación de BackRub es que reconocía la importancia de un sitio web según la cantidad de enlaces en toda la red que apuntaban hacia dicho sitio. Tal como Larry Page lo previó al tomar como ejemplo las citas bibliográficas de las publicaciones académicas.

Con el desarrollo de este sistema, la fama de los dos jóvenes es expandió por la Universidad de Stanford. Dado el crecimiento de la web, requerían de más equipos para alimentar la cantidad de datos procesados por BackRub, ya que consumía casi la mitad de ancho de banda de la red de la universidad, algo extraordinario para una institución que disponía de una de las mejores conexiones de Internet en el mundo.

Nace Google

Sergey y Page estaban conscientes de que habían creado un motor de búsqueda cuyas potencialidades sobrepasaban lo que hasta entonces existía en internet, considerando que la misión de su proyecto era organizar la inmensa cantidad de información disponible en la web.

Como matemáticos, pensaron en nombrar a su buscador Google, haciendo referencia a la palabra googol, el término acuñado por Milton Sirotta para designar al numero 1 seguido de 100 ceros.

La primera versión de Google se publicó en la página web de Stanford en agosto de 1996. Los jóvenes necesitaban dinero para aumentar el poder de procesamiento de datos y la capacidad de su motor de búsqueda. En 1997, Google indexó 24 millones de páginas, el mayor número que cualquier buscador de la época era capaz de registrar.

Larry y Sergey tenían un genuino interés académico; en sus planes no estaba convertirse en empresarios, sólo querían vender su tecnología y continuar con sus doctorados.

En un principio buscaron inversionistas para vender Google. Pero a su consideración, las ofertas recibidas eran bajas e incluso hubo quien no se mostró sorprendido ante la capacidad de su motor de búsqueda. El CEO de un portal les dijo que las búsquedas de su sitio eran 80% tan buenas como la de los competidores y que de todos modos a los usuarios no les importaban mucho.

Sergey y Larry explicaban que justamente era ese 20% restante de mejoría en las búsquedas lo que marcaba la diferencia con los competidores. Aún así, no les hicieron caso.

Frustrados en su intento por vender su tecnología, los jóvenes tomaron la decisión que marcaría sus vidas. Abandonarían sus estudios de doctorado para dedicarse de tiempo completo al desarrollo de Google. Para Larry la decisión era difícil porque quería doctorarse como una forma de rendirle homenaje a su padre, quien falleció un año atrás. Por su parte, Sergey siguió el consejo de su asesor: “si no funciona puedes regresar a terminar tu tesis”.

Para continuar operando Google, los jóvenes necesitaban con urgencia atraer capital. Debían pagar los préstamos de familiares y las tarjetas de crédito para comprar un terabyte de memoria. El dormitorio de Larry estaba apilado con computadoras. Era el centro de operaciones de Google pero no era posible seguir operando así. Redactaron un plan de negocios y siguieron contactando a potenciales inversionistas.

Uno de sus profesores en Stanford les consiguió una cita con Andy Bechtolsheim, cofundador de Sun Microsystems.

Nos encontramos con él una mañana muy temprano, en la entrada de la Facultad de Stanford en Palo Alto. Le hicimos una rápida demostración de Google. Él tenía prisa por ir a otro lugar, entonces nos dijo, «en lugar de estar discutiendo detalles, ¿por qué no les doy un cheque?», según recordó Page en el encuentro con estudiantes de Michigan.

Bechtolsheim les dio un cheque por 100 mil dólares el cual puso a nombre de Google Inc. El problema es que Google Inc. aún no existía como compañía y los jóvenes no podían cobrar el dinero. Para registrar la empresa necesitaban recolectar un capital mayor, por lo cual buscaron recaudar fondos entre familiares, amigos y otros inversionistas. Así lograron reunir 1 millón de dólares lo que les permitió registrar la empresa y depositar el primer cheque expedido por Bechtolsheim.

Con este capital, Page y Brin montaron sus primeras oficinas en un garaje en Menlo Park, California. En septiembre de 1998 Google Inc. abrió sus puertas al mundo digital.

La popularidad del sitio crecía a pasos acelerados. La revista PC Magazine nombró a Google entre el Top 100 de los buscadores. En 1999 fue el año de despegue porque lograron fondos por 25 millones de dólares. Dejaron el garaje y se mudaron  a nuevas oficinas. Para entonces contaban con 8 empleados y recibían 500 mil solicitudes de búsqueda por día.

La versión beta del buscador todavía se promocionaba como un proyecto universitario. Conforme crecían las búsquedas en Google también lo hacía la compañía. Con más dinero ingresando a sus cuentas construyeron su cuartel general al que llamaron Googleplex, ubicado Mountain View, California y sigue siendo su sede principal.

Como imán, Google atrajo a otros talentosos ingenieros, clientes y medios de comunicación. El portal AOL/Netscape seleccionó a Google como su motor de búsqueda, lo que incrementó el tráfico a 3 millones de búsquedas por día.

Ese 20% de precisión en las búsquedas, mejor que el de sus competidores, estaba cimentando a la compañía. En el año 2000, Google marcó un hito y desplazó a todos los demás buscadores. Con mil millones de páginas indexadas, era la primera vez que tal cantidad de contenido de internet estaba disponible en un sólo buscador. Todo gracias a un algoritmo llamado PageRank.

El algoritmo secreto

Para comprender la innovación de Google debemos recordar cómo se navegaba en Internet antes de su aparición. A mediados de los años 90 se utilizaban los buscadores Yahoo! Lycos, Excite, Altavista e Infoseek, por mencionar a los más populares. Algunos funcionaban como directorios de páginas web. El usuario, al introducir su búsqueda, recibía una lista de resultados que en ocasiones no correspondía a la información  requerida. Recurrentemente los sitios enlistados en primer lugar estaban ahí por criterios de publicidad, más que por criterios de búsqueda.

En aquella época encontrar información en internet era una combinación de tiempo de espera en cargar la página y en identificar el sitio solicitado; se debía excluir los sitios no relacionados.

Otro aspecto deficiente era que a menudo la página requerida por el usuario no era encontrada porque no estaba indexada en el buscador.

Google vino a solucionar tres problemas para encontrar información en internet: velocidad, relevancia e indexación.

La obsesión del buscador es la velocidad. En milisegundos se despliegan los resultados e incluso con el sistema predictivo ya no es necesario teclear todo el término de búsqueda. Respecto a la relevancia, Google posiciona las páginas más pertinentes y no las más publicitadas. En la indexación, Google contiene a casi todas las paginas de la red. De este modo, Larry Page y Sergey Brin lograron lo imposible, poner a todo el internet en un buscador….lo demás, es historia.

Portraits of the Founders of Google
Larry Page y Sergey Brin posan dentro de la sala de servidores en la sede del campus de Google en Mountain View. Fundaron la empresa en 1998. Imagen tomada de https://www.fox5atlanta.com/news/google-co-founders-larry-page-sergey-brin-step-down-as-execs-of-parent-alphabet

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